En la FCH se organizan las actividades de manera equitativa y el personal está siempre dispuesto a colaborar y ayudar a quienes prestan su servicio social en algo que desconozcan.

Me gustó el ambiente en el que se trabaja, la oportunidad y facilidad que nos dan a los estudiantes.

No ha habido algo que me disguste, creo que la forma de trabajo es muy buena, el trabajo se resuelve de la mejor manera siempre, y que todos se encuentran comprometidos con los distintos proyectos.

Realizar mi servicio social en la FCH me ayudó para no tener miedo en el ámbito laboral, porque ahora tengo otra visión respecto al ámbito profesional.

Actualmente entiendo, gracias a la Fundación, que mi carrera profesional la quiero enfocar a programas sociales y culturales, un diseño mucho más acercado a las comunidades y con un tacto especial.

Cambió mi perspectiva a partir de que el ámbito laboral es muy competitivo, esto implica que uno debe enfrentarse a problemas que suceden en la realidad y así afrontar los problemas que aquejan a la sociedad.

Me ha ayudado a enfocar el trabajo que quiero realizar con la comunidad en general. Sobre todo, me genera mucho interés poder realizar trabajo comunitario desde la disciplina profesional que estudié.

Hacer mi servicio social en la FCH me ha permitido aportar ideas y críticas, además de conocer lo que se hace en el ámbito de la investigación y la gestión de proyectos culturales.

Me sentí satisfecho al conocer otra perspectiva de la realidad y aportar.

Aprendí a escribir mejor y quitar el miedo sobre afrontar lugares, espacios y porque no, personas.

He aprendido a trabajar en equipo, desarrollar habilidades en escucha activa y cómo se trabaja en la comunidad.

Realizar mi servicio social en la FCH fue una enorme la aportación en mi vida profesional y personal, he aprendido y conocido mucho gracias a sus programas culturales y sociales. Ahora veo el Centro Histórico como un área de oportunidades e incubadora de muchos grandes proyectos, con gente extraordinaria y una diversidad cultural increíble.

Al salir de la carrera tienes muchas ganas de hacer cosas en los ámbitos creativos, pero necesitas al cliente para poder desarrollar proyectos, en ese sentido la Fundación es un cliente con un gran campo de posibilidades.

Decidí realizar mi servicio aquí por las actividades que la Fundación realiza en los ámbitos social, cultural y comunitario, enfocados a las necesidades de la población y me pareció la mejor manera de aprovechar lo aprendido en la universidad y ponerlo en práctica.

Los proyectos y programas fueron de gran interés y eran lo que me interesaba desarrollar profesionalmente. Porque me interesaba la intervención social y la FCH era una opción para aprender más del tema.

Me ayudó a reflexionar como persona y como mamá, el día de hoy reconozco las fortalezas y virtudes de mis hijos y mías, así como el mismo valor que tengo.

Tuve muchos avances en saber controlarme, hablar y convivir con mi nieta, ya se expresa más y se controla. Quiero seguir con los cursos para salir adelante y saber ayudar a mi familia.

Aprendí a comprender a mi hijo y esposa y ayudarlos a ver la vida diferente, a desarrollar técnicas que me ayudan para convivir con mi hijo y sus problemas, me ayudaron a exponer mis sentimientos y manejarlos de manera positiva.

Aprendí a valorarme y a valorar a mi hijo, además aprendí a hacer un plan de trabajo y actividades para él. Fortalecí en todos los aspectos mi persona: en lo emocional, en mis capacidades y sentimientos.

Me aportó más conocimiento acerca de cómo se trabaja con la comunidad, diversas herramientas metodológicas y, sin duda, experiencias muy buenas con las personas que viven y habitan estos espacios.

Actualmente entiendo, gracias a la Fundación, que mi carrera profesional la quiero enfocar a programas sociales y culturales, un diseño mucho más acercado a las comunidades y con un tacto especial.