…el placer de servir

Entrevista a Mireya Hernández López

Mireya Hernández López encargada de la Lechería de Liconsa ubicada en el Deportivo José María Morelos y Pavón, Col. Reforma Pensil, nos cuenta:

… Mi nacimiento fue por calzada Guadalupe en la colonia Valle Gómez y tengo más de veintiséis años viviendo aquí en la pensil en Lago Naur.

Qué ¿cómo llegué a ser encargada de la lechería?… Pues hace como seis años, estaba cuidando a mi abuelita y a mi suegra, me dedicaba a la casa y como ellas fallecieron deje de hacerlo, estuve un lapso pequeño en mi casa y después ya me vine de voluntaria y ahorita ya tengo tres años de encargada. 

Tengo 3 años con la concesión de la lechería… Fue una situación muy curiosa porque se me dio sin pedirla, y me encanta porque sirvo a la comunidad y es un placer servir para mí.

¿Le gusta ayudar a la comunidad? … Sí , fíjese que he visto criaturas que me han sacado las lágrimas, porque eran de entre nueve y catorce años, también gente grande que todavía trabaja un poco,  pero para el vicio, ¡sí he visto de todo! He visto la decadencia de personas, por ejemplo: hace como un año vi a una persona que llegó de Oaxaca y le hable de cosas espirituales, lo vi tranquilo y de repente ya estaba perdido en el suelo por la droga y el alcohol, pensé: ¡cómo es posible que eche a perder así su vida!, es importante… De él sí sé dónde vive su mamá, son gente de la sierra de Oaxaca.

¿Conoce a personas que vivan en las calles? … Sí, de hecho me he entrevistado con ellas y les he tratado de ayudar, son gente que necesitan ser  escuchados; casi la mayoría que me he encontrado son menores de edad… Con la desgracia de que sufren un grave deterioro en tres o cuatro meses… Salgo de aquí y me encuentro a uno, dos, tres, cuatro, de repente los saludo ¿Hola hijo cómo estás? Y me saludan, me ubican, y de repente por mis actividades ya no los vuelvo a ver hasta que pasa el tiempo y  los veo más decadentes y me gustaría que se hiciera algo por ellos, porque finalmente llegas a un punto en que descubres  que  tienen que rescatarlos, entonces pues si me consterna mucho el hecho de no poderles ayudar, dónde refugiarlos, dónde bañarlos, dónde hacerles entender que son parte importante de la humanidad.

¿Por qué están en ese estado de abandono las personas que viven en las calles?… Por la disfuncionalidad del hogar, la falta de atención, la carencia, el respeto hacia los hijos, del padre, la madre, la falta de un conocimiento, la falta de espiritualidad… “Cuando hay un temor a algo supremo se arreglan muchas situaciones”.

… Le digo que es rumbo a mi casa, donde he podido ver que hay criaturas muy lindas, muy pequeñas de nueve, diez, once años, drogándose y me ha llevado a preguntarles: ¿Qué hacen aquí? Y voltean así todas distorsionadas y contestan: ¡Buenos días!, ¡Buenas tardes jefecita! y se escucha su voz con un trasfondo  con terror, de miedo, angustia, de respeto inclusive y he tenido la experiencia de que se echan a correr o unas se ponen a llorar cuando les preguntas: ¿Qué haces aquí, te gustaría que te ayudara, que te llevara a tu casa? Contestan tantas cosas como: ¡no! y se echan a correr o ¡sí! o ¡mi mamá no me quiere!, me corrió y por eso me estoy drogando.

Y muchas experiencias que desafortunadamente te sacan las lágrimas y en otras ocasiones han venido aquí mismo y me han dicho: ¿me regalas un pan? En una ocasión, venía una chica en tiempos de lluvia, estaba empapada como si la hubieran metido así al agua y  me dice: ¡Mire tiente mis pantalones! y sí tente sus pantalones; pero ¿por qué hija? y ella me contestó “es que mi mamá me corrió y la verdad tengo mucha hambre; ¿me puede regalar un pan y un vaso de leche?”,  ¡sí cómo no!, ella comentó “pero es que no me puedo sentar aquí, porque voy a mojar”  y le dije: no importa eso, siéntate, tómate tu pan y tu leche y posteriormente ella me dijo: “no mejor ya me voy”. Y son cosas que la verdad te quedan bien grabadas.