15 Nov Don Ofelio Sánchez: “En la Pensil antes todo era felicidad”
Don Ofelio Sánchez, un sobreviviente de casi un siglo de edad y veterano de las Pensiles, nos regala unos cuantos minutos de su valioso tiempo para transportarnos a una época que ya sólo puede existir en sus recuerdos y nuestra imaginación.
Llegué de un año y meses a Legaria y San Joaquín, allí duré yo creo unos cuarenta años, fue cuando conocí Lago Gran Oso que era un camino real, no era calle ni nada, las calles que yo conocí eran puros caminos…”atraviésate por aquí y sales a tal parte”. Yo Vivía en la mera garita del río, allí había una casita que era del gobierno donde guardaban herramienta y materiales, allí estaba con toda mi familia.
En aquel tiempo no había problemas pesados, toda la gente era muy noble, andaba a la hora que usted quisiera y ni quién lo molestara, actualmente es una porquería porque, por ejemplo, a mí que me gustaba “el pulquito”, se podía uno quedar tirado por allí, pero ahora no. Ahora… “quítale los zapatos, la ropa, déjalo si es posible desnudo, golpéalo si quieres”; no, en aquel tiempo era una cosa bonita para vivir.
¿Usted se acuerda de la pulquería que se llamaba “Los siete compadres”?
Como no, allí me echaba yo mis pulques, bueno los dueños de esa pulquería empezaron a vivir donde empezaba el río San Joaquín y el tren de Cuernavaca, allí vivieron los meros señores de la Pulquería de los Siete Compadres.
¿Oiga Don Ofelio y por qué se llamaba “Los siete compadres”?
Pues no sé, yo creo que porque se reunía allí mucha gente amable, yo creo que por eso le pusieron los siete compadres, ya no existe, ni tampoco el “Alcanfor” que era otra pulquería famosa por el rumbo a Tacuba, sólo queda la Rosita.
¿En dónde está la Rosita?
En Lago San Pedro y Lago Ness.
¿Se acuerda de cuándo se formó el mercado de “La Curva”?
Sí, en el Mercado de la Curva había una calle que daba hasta Santa Julia, allí en la curva había un hoyo, afuera estaba desnivelado porque era una de las tabiqueras.
¿Se acuerda usted del río?
Yo me acuerdo de ese río desde que tenía unos diez años, o algo así, como le digo a usted esa agua del Río de San Joaquín venía desde el Desierto de los Leones, allá había un manantial grande, y por ahí se venía desde los cerros, como dice el dicho “ladereando”, pasaba por Chapultepec, hasta San Juan de Letrán, me imagino que todavía han de estar esos arcos por donde pasaba el agua.
¿Había por aquel tiempo personas que ayudaran a la comunidad?
Había mucha ayuda mutua, por ejemplo, como se vivía de la agricultura, acababa uno de labrar lo suyo y te pasabas con los amigos a ayudarles a labrar sus cultivos.
¿Se acuerda de las fiestas que había en la comunidad?
Mi papá era muy fiestero, había mucho pulque, vendía el pulque en la garita, mataba a sus animalitos, preparaba su barbacoa, hacían carrera de caballos, todo era muy bonito.
¿Tenían caballos?
Sí allí donde vivía había caballos, chivos, puercos, todo había allí. Antes en las fiestas del Carmen, con las carmelitas de San Joaquín, había mucha gente que iba a oír la misa de la virgencita del Carmen que les gustaba ir, ahora ya no son iguales.
Don Ofelio, ¿cómo le gustaría que fuera la comunidad?
Pues como fue en aquel tiempo, pacíficamente todo, no como ahora, que ya lo asaltaron, no en aquel tiempo todo era felicidad.
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