14 Ago Taller de verano FCH y Save the Children
La Fundación Centro Histórico, preocupada por la recuperación de edificios emblemáticos y espacios urbanos, ha tenido siempre dentro de sus objetivos, buscar lazos con los ciudadanos que forjan a diario esta Capital, mejorando sus necesidades, condiciones y deseos en la vida. Es por ello que junto a Save The Children, la organización no gubernamental más importante del mundo, dedicada a ayudar a miles de niños y niñas en la mejora de sus derechos humanos. Unen esfuerzos para llevar Cursos de Verano con actividades que mejoren la supervivencia, protección y desarrollo de infantes en la búsqueda de un cambio inmediato y duradero en la vida de estas nuevas generaciones.
A través de juegos, lecturas y actividades lúdicas, los niños conocen sus derechos y narran sus historias para darse cuenta que no están solos y que tiene el respaldo de este tipo de fundaciones y organizaciones para mejorar su estilo de vida. Aquí algunos ejemplos.
A Santiago le tocó participar en una dinámica que consiste en armar palabras que lo definan o identifiquen con base en las letras de su nombre, y así afianzar sus creencias. Por ello, el se aprecia como un niño Sano, buscando siempre estar Alegre, Noble para poder convivir con sus amigos, a veces Triste cuando no lo dejan jugar o cuando su hermana menor le hace el feo, Inquieto pues no deja de hacer actividades, Aplicado lo cual comprueba al tener 9 y 10 de promedio, Gracioso debido a que le gusta ser el alma divertida del salón y Optimista pues a pesar de que le dicen que los videojuegos son violentos, el opina que también pueden ser educativos. Su sueño inmediato es estar en la escolta cuando llegue a quinto de primaria.
Claudia tiene una vida con mucha historia, así lo define ella. Casi no ve a su papá porque nunca está en casa, no vive con sus hermanos y su mamá la dejó cuando era bebé todavía. Es por ello que al hacer un móvil con dibujos que representan cómo se retrataban y de qué forma se percibían, decidió mejor dibujar a su abuelita, a su prima y a su amiga Isis, además de a un koala, pues tiene un peluche de ese animal y no descarta algún día poder abrazar a uno de verdad.
Para ella, este tipo de actividades le gustan, primero porque no está en su casa donde siente que se agobia y también porque se da cuenta que muchos niños tienen historias parecidas a la de ella y conocerlas “le hacen bien”. Le gusta ver los dibujos de los demás con familias felices y espera que cuando le entreguen su trabajo pueda regalárselo a sus hermanos. No le gusta el refresco y en breve estará por concluir la primaria.
En el caso de Yezly, le tocó participar en la actividad de acuerdos. Metidos en una especie de corralito, los niños deben ponerse de acuerdo en las actividades que los harán sentir más cómodos y llegar a consensos para convivir en un espacio un tanto reducido. Ella comenta que fue difícil porque a veces entre niños y niñas no hay mucha convivencia, se llevan pesado y eso es malo. Su aportación consistió en tratar de convencerlos que hay que aprender a escuchar a los demás; si no le pones atención al que está hablando le estas faltando al respeto y con el tiempo se te hará costumbre. Por fortuna, luego de un tiempo todo su grupo aprendió a cooperar, sólo era cosa de escuchar las distintas formas de pensar y ponerse de acuerdo.
Con estas y otras tantas actividades, Fundación Centro Histórico y Save The Children han logrado avances importantes en la educación y salud mental de estos menores, que día a día nos comprueban que hay más de dónde aprender cuando apenas se está empezando a vivir.
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