La Pensil, una colonia con recursos

fotografía de las calles de la pensil, se muestran viviendas y personas viviendo su día con cotidianidad

La Pensil, una colonia con recursos

A menudo, a lo largo del camino diario para llegar al trabajo, hacer el mandado, a la escuela, pasando por un puesto de revistas, es común encontrar titulares morbosos que encabezan “La Pensil”, fortaleciendo el estigma por la zona y su gente pero… ¿qué pensarías si te dicen que La Pensil es todo lo contrario? Sí, La Pensil es una colonia con recursos.

Zonas donde existe una alta estigmatización deja poblaciones vulnerables

El prejuicio funciona como una barrera que genera problemas de comunicación y percepción, tanto para los que se encuentran afectados, como para quienes se encuentran fuera, pues, dejan toda una zona completamente valiosa sin descubrir.

Es cierto que La Pensil es una zona compleja, negar el índice de violencia sería evasión, sin embargo, la palabra comunidad infiere a un grupo de personas, un grupo de personas que al igual que todos lucha por sacar el día a día.

fotografía de un heladero con su carrito sirviendo heladoLa Pensil es una zona con recursos

Lo que necesitaba el barrio era una oportunidad. Previamente a que Fundación del Centro Histórico mudara su trabajo para La Pensil, se hizo un diagnóstico integral para conocer el estado del zona, tanto sus carencias como sus potencialidades.

Al analizar los resultados, se identificó que tenía un factor valioso que, de hecho, no todas las comunidades tienen: el sentido de identidad; tiene su raíz en la antigüedad de la colonia, data desde los primeros habitantes que se mudaron allí: a una zona fangosa, con un río, sin casas y ni hablar de servicios.

Todas las familias que llegaron allí, encontraron la manera de salir adelante: crear cimientos para una casa que a veces eran de cartón, luego se crearon establos y cabellerizas, y una época de auge de pulquerías que une a la zona con la tradición pulquera de Tacuba, las ladrilleras, la General Popo. Así, se creó una comunidad unida, pues la única ayuda que recibían era de ellos mismos, de la gente que comenzaban a llamar vecinos.

Se concibió una convivencia y unión fuerte, pues nadie puede estar más consciente de lo que se está creando que quien construye ladrillo por ladrillo, literalmente, y nadie puede definir mejor la situación que quien la vive. A cambio se verían los frutos: desarrollo de identidad sólida.

fotografía de niños habitantes de la pensil en grupo y sonriendo

#HechoEnLaPensil

Realmente no existe alguna concientización del impacto que generan los prejuicios, pero se trabaja diariamente para crearla, saliendo a las calles a conocer a los vecinos de La Pensil, conocer su potencial, sus buenas intenciones.

También se trabaja día con día para cambiar la normalización de la violencia, pues existen muchos tipos de ella, no solamente la violencia física. Conociendo al monstruo, uno se da cuenta que no tiene cara de humano, sino de estructuras sociales que se han convertido en mañas, en hábitos, pero se pueden cambiar y, una vez haciéndolo, la calidad de vida mejorará.

Por los niños, por la familia, por La Pensil, la colonia bonita, bonita que tiene muchas ganas de demostrar que el prejuicio es sólo una percepción, que La Pensil tiene historia, historia que en las calles diariamente se crea y mantiene las puertas abiertas a cualquiera que guste conocerla.

fotografía de un barrendero cumpliendo con su oficio

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